Está presente en muchas rocas, específicamente en los silicatos, el grupo de minerales más abundantes en el planeta, además de la bauxita, una de las pocas piedras de las que se puede extraer el aluminio en forma de metal, mediante el proceso de Bayer. Entre sus características más resaltantes, se halla que es altamente resistente a la corrosión, su baja densidad, al igual que la alta conductibilidad que presenta con respecto a la energía y el calor.
Es un metal bastante barato, por lo que es uno de los más usados desde el siglo XX en las industrias. Sin embargo, uno de los obstáculos a la hora de su procesamiento es la increíble cantidad de electricidad que necesita, aunque este factor no representa demasiados inconvenientes, pues, es un material que se recicla fácilmente, además de tener una larga vida útil. En la antigüedad, igualmente, era utilizada como una sal, en los ámbitos medicinales y en la limpieza de la ropa. Con la llegada del siglo XIX, Sir Humphrey Davy propuso el nombre “aluminum”, pasando, luego, a ser “aluminium”.
Las técnicas de extracción del aluminio se empezaron a perfeccionar desde hace algunas décadas, por lo que ya no supone una tarea tan ardua extraerlo de la bauxita. Estos supuso un descenso con respecto a la apreciación que se tenía la metal, pues su precio decayó y se volvió un metal común.