Cuando el dictamen jurisdiccional no acepta ningún recurso; o ha culminado el lapso para presentarlos, se denomina sentencia firme.
Aquellos cuya resolución judicial los afecta de forma directa, son los que pueden interponer el recurso de apelación, por lo tanto, no puede apelar el que obtuvo lo que pidió, a menos que no haya logrado la indemnización en daños y perjuicios.
Los pasos a seguir para introducir un recurso de apelación, son los siguientes: debe elaborarse un escrito, en donde queden expresado los agravios, que considere le cause la sentencia dictada; debe estar escrito en lenguaje moderado y absteniéndose de ofender al juez; ya que de lo contrario se aplicará una multa.
El recurso de apelación es considerado una expresión del derecho al amparo judicial efectivo. Es tanto así, que en Europa los órganos defensores de los derechos humanos, consideran que si un acusado no tiene la oportunidad de apelar su sentencia condenatoria, se estaría incurriendo en una violación de sus derechos como ser humano y como ciudadano.