La artritis reumatoide generalmente se manifiesta por un dolor intenso, rigidez o dificultad en las articulaciones ya sean grandes o pequeñas. Los síntomas se manifiestan desde el inicio de la enfermedad hasta la evolución del trastorno. Sin embargo otros síntomas se pueden anexar a los ya existentes como lo son el cansancio, fiebre, malestar general, pérdida de peso, entre otros.
Esta terrible enfermedad no tiene cura, es decir, no hay un tratamiento para erradicarla pero sí existen medicamentos que la logran controlar o al menos en la mayoría de los pacientes, impidiendo que aparezca el dolor y la rigidez articular, así como la aparición de deformidades.
La AR suele producirse generalmente más en mujeres que en hombres y tiende a aparecer en personas de edad avanzada, aunque puede iniciar en cualquier etapa de la vida y no distingue de sexo, raza u ocupación.
Uno de los síntomas de la artritis donde la persona debe prestar más atención es la rigidez articular matutina, sobre todo en las manos y pie, ya que al estar tanto tiempo en reposo dificulta el movimiento de dichas partes. De igual forma, dicha rigidez puede estar acompañada de cansancio, fiebre y debilidad muscular. Estos síntomas suelen aparecer mucho antes de que se presente la hinchazón, calor y enrojecimiento de las articulaciones.
Aunque no existe una cura para la enfermedad si existe un tratamiento y medidas para mejorar el estilo de vida del paciente. Además, en ocasiones se realizan intervenciones quirúrgicas que ayudan al paciente a que pueda vivir mejor. Es Importante que el individuo afectado siga de manera rigurosa las indicaciones impartidas por los especialistas que dan seguimiento periódico a la patología, con el propósito de controlar la evolución de la enfermedad.