Las asociaciones público privadas pueden ser de dos maneras: la primera es cuando el gobierno, con ayuda de lo recabado por los impuestos, suministra el capital de inversión y la parte operativa se realiza en conjunto con la empresa privada. La segunda, es cuando el sector privado es quien aporta el capital, esto se hace sobre las bases de un contrato con el sector público con el objeto de facilitar los servicios establecidos.
Algunas de estas asociaciones están vinculadas con el sector transporte, las telecomunicaciones, petrolero, energía y electricidad, desechos sólidos (aseo urbano), etc.
Este tipo de alianzas aportan beneficios, algunos de ellos son:
Sirven de vía para que la empresa privada otorgue innovación, experiencia y tecnología, que sirvan para mejorar la prestación de servicios públicos. Permiten la diversificación de la economía, transformando al país en más competitivo y desarrollando e impulsando los negocios y la industria asociada. Mejora las relaciones entre el sector público y el privado.
Sin embargo estas asociaciones también cuentan con ciertas desventajas:
Elevados costos de transacción y de gestiones del sistema. Disminución de los márgenes de acción del gobierno. Aumenta la participación de las ganancias en el producto. Se puede producir un marco legal en contra de la inversión pública. Aumentan los niveles de endeudamiento público. Consecuencias negativas para las futuras generaciones.
De igual manera es importante acotar que estas asociaciones cuentan con un marco regulatorio, por el que deben regirse y que dependerá de cada país.
Para finalizar se puede decir que las asociaciones público privadas representan una propuesta en donde ambas partes obtienen beneficios: el sector público ve alcanzado sus objetivos, cumpliendo así con sus ciudadanos y el sector privado, además de lograr beneficios económicos, obtienen una buena cuota de responsabilidad social.
