A través de los siglos el uso del término bárbaro se ha empleado también como una forma para denominar a aquellas poblaciones y aldeas que durante el siglo V se rebelaron en contra del Imperio Romano y que con el paso del tiempo se esparcirían y extenderían a gran parte del continente europeo, por tal razón con el paso del tiempo a todo lo que tenía relación alguna con dichas aldeas y pueblos se le conocía como bárbaro.
A los pueblos bárbaros se les otorgó una clasificación según su raza, por un lado se ubicaban los blancos esclavos, entre los cuales se encontraban los pueblo eslovacos, checos, entre otros. Seguidamente se ubicaban los blancos no esclavos, constituidos por los germanos y galos principalmente. En tercer lugar se posicionaban los amarillos, siendo los humos y avaros quienes se agrupaban en dicha raza.
Como se mencionaron anteriormente, estos pueblos no tenían relaciones muy cordiales con el Imperio Romano, esto puede haber sido gracias a las diversas invasiones que estos pueblos debieron soportar durante el siglo III d.C. razón por la cual las personas oriundas de estas razas no eran consideradas como aptas para entrar en el ejército de roma, sin embargo con el paso del tiempo la necesidad de tropas obligó a los romano a permitir su entrada lo que facilitó su infiltración en el ejército y gracias a ello la caída del imperio en su parte occidental en el año 476 d.C.