La persona que dejó estas enseñanzas fue Buda Gautama, quien fue conocido como un reformador religioso que vivió en India 500 a.C. su origen proviene de del sánscrito “buddha, que significa el iluminado”. En realidad su nombre era Siddharta Gautama, se sabe que su familia era aristócrata, pero nunca se pudo determinar exactamente si era un noble o un príncipe, sin embargo para poder llevar la vida espiritual que escogió, renunció a todas sus pertenencias materiales, herencia y estatus social y así poder continuar y practicar su religión.
A través de la práctica del budismo las personas son capaces de sentir una conexión consigo mismo y de este modo pueden sentir paz y tranquilidad espiritual y mental, se consideran también personas sabias y conscientes, este estado lo logran a través de la meditación. Son budas los sujetos que viven, no a través de las cosas materiales, sino de su propio espíritu, para ello se desprenden desinteresadamente de toda posesión terrenal para así poder llegar al nirvana que es la fase inmaterial y psíquica que lleva a la felicidad interior, libre de sufrimiento y se evita también las sucesivas reencarnaciones.
Es importante señalar que no se considera buda a un dios o una deidad, un buda no tiene poderes sobrenaturales que le permiten ser omnipotente, aquella persona practicante del budismo y que puede llegar a ser buda es porque de verdad ha descubierto la manera de encontrarse con su yo interior a través de la meditación, como lo hizo Siddhartha Gautama, quien era conocido como un sabio por sus seguidores. En donde es más practicada esta religión es en el continente asiático, sin embargo, a pesar de haberse originado en esa región, el budismo ha traspasado las fronteras, ya no se concentra solo en el mundo oriental, teniendo así un gran número de seguidores.