De esa manera, la persona que presenta bulimia se aleja de un estilo de vida saludable, con una alimentación inadecuada, que puede provocar diferentes consecuencias para el organismo.
La bulimia es considerada como una adicción secreta, que domina el pensamiento de la persona, menosprecia su autoestima y amenaza su vida.
La obsesión del bulímico por su peso es tanta que la persona distorsiona la realidad de la apariencia de su cuerpo, ya que él o ella se ve al espejo y halla a una persona obesa o pasada de peso, mientras que en realidad puede estar presentando incluso niveles de desnutrición.
Este trastorno data de la época de los egipcios, quienes describieron los síntomas en el Talmud hebreo. La palabra bulimia proviene del griego y significa “hambre de buey”, que en sus tiempos y el de los romanos, se practicaba de manera cotidiana.
No fue sino hasta 1980 que la American Psychiatric Association reconoció formalmente la bulimia, incluyendo este trastorno en la publicación de su manual para el diagnóstico y estadísticas de trastornos mentales, en donde enumeraron los criterios o “síntomas” que pueden diagnosticar la bulimia.
El proceso que realiza el bulímico es repetitivo, con una frecuencia mínima de dos veces por semana, durante tres meses:
- La “comilona” o “el atraco”: consiste en comer durante un periodo de tiempo, comúnmente menor a dos horas, una cantidad de alimentos mucho mayor al que la mayoría de las personas comerían en ese mismo periodo de tiempo.
- Sensación de auto descontrol: en el que la persona siente que no tiene dominio sobre sí mismo durante el episodio de la comilona, así se le dificulta el dejar de comer.
- Arrepentimiento: avergonzado por la excesiva ingesta de alimento y motivada por la obsesión de no querer aumentar de peso, la persona recurre a vómitos forzados, uso indebido de laxantes, diuréticos o enemas (un tipo de purgante), el ayuno o el ejercicio excesivo.
De este modo el especialista está en capacidad de diagnosticar que la persona tiene bulimia. Sin embargo, hay personas que responden solo a una o dos características de la bulimia, que también deben ser tratados con seriedad, para evitar afecciones a su salud.
A pesar de que la bulimia se enfoca en el modo de alimentación de la persona y el temor de aumentar de peso, en realidad se trata de una manera en que las personas le hacen frente a sus aflicciones personales y dolores emocionales.