Esta es consecuencia a una intolerancia permanente al gluten, las proteínas que se encuentran en cereales como el trigo, la avena, el centeno y al cebada; además, afecta también a aquellos individuos con una predisposición genética de rechazo al gluten. En siglos anteriores, se creía que esta era sólo una condición intestinal, pero en investigaciones recientes, se determinó que esta está relacionada con el funcionamiento del sistema inmune.
Existen una variedad de productos que contienen gluten, como la crema de dientes, en suplementos, vitaminas, productos para el cabello y la piel, además de los alimentos elaborados con los cereales ya mencionados. Cuando estos entran en contacto con el organismo, hacen que el sistema inmune ataque al intestino delgado, provocando dolor abdominal, vómitos, diarrea y estreñimiento. Estos daños al sistema digestivo traen como consecuencia la incapacidad de absorber los nutrientes y proteínas necesarias, por lo que es organismo, en general no puede funcionar de forma correcta.
Es común que los celíacos padecen esta enfermedad de forma sintomática. Sin embargo, en la mayor parte de los casos, esta presenta con molestias en las áreas bajas del abdomen, irritabilidad, alejamiento, dependencia emocional, daño al esmalte dental, falta de crecimiento o desarrollo, obesidad o sobrepeso, pérdida del cabello, retraso de la pubertad, fatiga, ansiedad y depresión.