La idea de crear una imagen gigantesca de Cristo, como punto de encuentro en las peregrinaciones y fiestas religiosas, data de finales del siglo XIX. La sugerencia fue llevada a la atención de la princesa Isabel de Brasil, que dio su aprobación y el primer apoyo oficial para hacer una propuesta tan grande, sin embargo, el proyecto comenzó a tomar forma en 1921 para celebrar el centenario de la independencia.
La elección del lugar en el que se situaría esta famosa imagen estuvo a cargo del Círculo Católico de Río de Janeiro. Monte del Corcovado tuvo como competidores el Pão de Açúcar y el Monte de San Antonio, pero fue elegido porque era el más alto de los tres.
Las obras necesarias para erigir al Cristo Redentor duraron diez años. Hay que tener en cuenta que su altura alcanza los 30 metros y su peso es superior al mil cien toneladas (la estatua está sobre una base de 8 metros de alto). Está hecho de un solo material, el granito. En cuanto a su estilo arquitectónico, pertenece a Art-Decó.
En 1923, a través de un concurso, se eligió el proyecto del ingeniero Heitor da Silva Costa, diseñado por el artista Carlos Oswald y diseñado por el arquitecto francés Paul Landowski. Él vino de Europa especialmente para este trabajo.
Los visitantes y turistas pueden acceder al interior de la estatua a través de una escalera. Durante este recorrido hay una piedra en forma de corazón y en su interior hay una lista de todos los que trabajaron en la construcción del Cristo Redentor. Hay que recordar que durante su construcción no hubo víctimas entre los trabajadores.
Además de Cristo Redentor, las maravillas restantes de nuestro tiempo son: Chichén Itzá en la península de Yucatán, Coliseo de Roma, Gran Muralla de China, Machu Picchu en Cuzco, Petra en Jordania y Taj Mahal en India.
