La denuncia es el primer paso requerido para que se dé inicio a un proceso judicial. Esta es realizada cuando se presume que un hecho delictivo ha tenido lugar y, de ser posible, señalar a un posible autor y motivos. Partiendo de esto, los cuerpos policiales competentes tendrán la misión de determinar en qué consistió tal acto, además de cuál fue el autor de semejantes hechos. La policía, normalmente, es la encargada de recibir las denuncias, que posteriormente serán remitidas a un órgano superior, para que continúe con las investigaciones correspondientes. En caso de tratarse de una denuncia concerniente a oficios públicos, un representante del Ministerio Público deberá encargarse de los procesos.
En algunas variantes del as denuncia, el denunciante puede optar por usar su derecho a no participar del procedimiento penal. De igual forma, este no debe presentar pruebas algunas que constaten sus declaraciones, pero los órganos policiales esperan una especie de “indicios de fiabilidad”, para saber si es necesario seguir investigando o no.