Sus causas son variables, la mala digestión de los alimentos consumidos en mal estado, causando una intoxicación alimentaria, por un virus o bacteria causando variedad de infecciones, siendo los niños los más afectados, tanto como el estrés, la ansiedad y algunas enfermedades; incluso algunos medicamentos que sus contraindicaciones es que producen efectos secundarios.
Los síntomas van del aumento de las heces hasta llegar a ser líquidas en su totalidad, la frecuente necesidad de ir al baño, los dolores agudos, fiebre, vómitos, presentando deshidratación aguda por la pérdida de líquidos en el cuerpo. Se puede diagnosticar que tipo se padece, por un examen de laboratorios de heces para poder localizar si hay parásitos, y de qué tipo de bacteria o infección padece, si es muy crónica se deberá hacer exámenes más intensos para detectar una posible enfermedad, como la de Crohn, que afecta inflamando desde el tracto digestivo hasta los intestinos delgado y grueso, ya determinando las causas y la severidad de la afectación que se padece.
El tratamiento varia si es leve con abundante líquidos, algunos antibióticos y una dieta baja en grasa, sin requerir hospitalización, más aun si es muy grave o severa, para evitar la deshidratación o si ya hay síntomas de esta, es mejor tratar al paciente bajo constante vigilancia médica, es decir, que requiere hospitalizarlo, siendo esta la mejor opción para poder aplicar el tratamiento por vía venosa, ya que serían medicamentos exactos para la causa mayor según el tipo de diarrea presentada, no es algo que se contagia, pero es muy importante tomar precauciones, cuidar de la higiene personal, el tipo de agua que se tome, lavar los alimentos y cocinarlos bien, si ya tenemos la afectación; es muy importante la normas básicas de aseo y si se está de viaje ser cuidadosos con lo que comen o beben.