Se han contabilizado más de quinientos géneros y mil especies de dinosaurios, de cuyas características se extraen los conocimientos de la evolución continental de los mismos. Estos podían ser tanto herbívoros como carnívoros; los ejemplares más antiguos indican que en sus orígenes eran bípedos, pero también se encontraron especies cuadrúpedas. Tenían grandes crestas en sus cabezas, además de estructuras óseas que, en ciertas especies, podrían servir como armaduras; su tamaño podía ir de los 50cm hasta los 9,5 metros de altura. Además de los dinosaurios terrestres, también estaban los dinosaurios aviares, de los que evolucionaron las aves que se conocen hoy en día.
Además, cabe destacar que, a pesar de que les clasifique como reptiles, estos distan de tener las mismas particularidades y conducta que ellos; de hecho, se afirma que, contrario a lo que se pensaba, los dinosaurios no eran animales de sangre fría, tenía un rápido metabolismo y estaban dotados con excelentes habilidades sociales. Las causas de su extinción aún no están claras; sin embargo, la teoría de que un meteorito impactó la Tierra y, como consecuencia, las temperaturas pudieron haber descendido (otra versión sugiere que una ola de calor inusual azotó el planeta), complicando el desarrollo de la vida normal.