La ecofisiología se encuentra clasificada en: ecofisiología vegetal y ecofisiología animal.
La ecofisiología vegetal es la responsable del manejo de las condiciones de desarrollo del hombre y evalúa la respuesta de un proceso específico. En otras palabras, esta disciplina analiza las respuestas fisiológicas, ante distintos estados ambientales, creando técnicas que permitan evaluar el pequeño medio ambiente de los vegetales, su correlación hídrica y los modelos de intercambio gaseosos.
La ecofisiología animal, esta es una disciplina que surge por la falta de comprensión, al no saber traducir los datos ambientales en modificaciones morfo-funcionales de los fenotipos ambientales. Un ejemplo típico de las investigaciones en esta área, son los estudios de toxicología, en donde se examina la condensación de tóxicos o contaminantes, como es el caso de los pesticidas, que se encuentran en el medio ambiente y sus consecuencias sobre el metabolismo de los animales que habitan en ese ambiente.
El estudio que desarrolla la ecofisiología valora el enfoque interactivo de las especies, uniendo estudios no limitados únicamente a la fisiología, pero relacionando el desarrollo, la conducta de los animales y los vegetales, la difusión y sistematización, enfocándose en los diferentes niveles de organización internamente independientes.