La edafología estudia a fondo la composición del suelo y determina aspectos muy interesantes de interés técnico y arquitectónico como por ejemplo la edad de la tierra y sedimentos que lo conforman. El suelo está conformado básicamente por una roca a la que se le llama madre, bien sea por su tamaño o por su presencia en un radio de estudio, compuestos como el dióxido de carbono, seres vivos en descomposición que con el paso del tiempo y el embate de la erosión y el clima generan humusZ y muchos compuestos orgánicos e inorgánicos en diferentes estados (sólidos, líquidos y gaseosos). Si se determina como ha avanzado el proceso se puede determinar la edad y estado en el que se encuentra el piso.
La ingeniería civil emplea la edafología en medio de los estudios geológicos previos a la construcción de un edificio, también para realizar mapas de las zonas en las que se puede construir y así tener un gráfico de las zonas aptas y no aptas para el desarrollo de urbanismos, carreteras y edificaciones.
En la historia de la edafología encontramos un gran interés en el siglo XVIII por realizar la clasificación de los suelos, no sólo para la construcción, sino también para la exploración y explotación de estos, ya que en los suelos se pueden encontrar enormes reservorios de minerales útiles para la manufactura y piedras preciosas de toda índole. Uno de los primero científicos en explorar los suelos fue el Ruso Mijaíl Lomonósov, quien elaboró complejos trabajos pedagógicos sobre el estudio de los suelos y como es la evolución de estos y de los organismos que se desarrollan en estos.