Los eufemismos son muchos, el solo hecho de comparar un objeto con otro para evitar decir una vulgaridad se le puede considerar como tal. Los eufemismos son usados en espacios sociales donde existen normas de comportamiento civil que prohíben el mal vocabulario o toda aquella expresión que pueda ser considerada grosería.
Los eufemismos son tanto para evitar ser vulgar como para ser político y neutral ante una situación determinada. Una expresión que pueda ofender por racismo a alguien puede ser un eufemismo, ejemplo: En vez de decirle a alguien “Negro” por su tono de piel u origen, se le puede señalar como “Hombre de color o afroamericano”. Para ser delicados en algunas cuestiones que ameritan cierta mesura a la hora de referirse a estos eventos, ejemplo: es mejor decir que se “Interrumpió el embarazo” a que “Aborto”.
Los eufemismos también pueden ser utilizados para tapar realidades de un contexto, es decir, que las personas en vez de decir lo que quieren decir, utilizan retórica y palabras similares para esconder una realidad. En la política, cuando un gobernante quiere demostrar una posición contraria a un homólogo, realiza eufemismos constantemente, haciendo comparaciones de las acciones que toma con las verdades que en realidad quiere denotar. Por lo general, la prensa escrita se encarga de darle el tópico correcto a las alocuciones que por más comunicativas que pretendan ser, deben ser políticas, sujetas a un lineamiento de diálogo e intervención.