La forma más común de explotación infantil es la de tipo laboral. En la actualidad existen grupos mafiosos y clanes que utilizan a los niños para trabajar. Esta es una problemática ilegal y por lo tanto los gobiernos persiguen estas prácticas. A pesar de ello, hay niños que en la clandestinidad trabajan. Las condiciones de trabajo son precarias, los sueldos muy bajos, sin garantías de ningún tipo y total ausencia de consideraciones.
En la antigüedad era una realidad que los niños trabajaran en el ámbito de la agricultura y en ciertas industrias. Pero con el paso de los años y gracias a la presión de algunos movimientos sociales, se logró abolir la explotación infantil en el trabajo gran parte de los territorios. Sin embargo, es un problema que no se ha solucionado en su totalidad ya que en muchos países subdesarrollados o en ciertas zonas marginales, continúa existiendo este tipo de explotación a menores.
Cabe aclarar que la explotación infantil no hace referencia única y exclusivamente al mundo del trabajo. Este también se puede aplicar en un sentido sexual, ya que en muchas regiones del planeta los niños son utilizados como reclamo para la prostitución. Otro tipo de explotación infantil se presenta durante los tiempos de guerras, con el objetivo de que éstos intervengan en los conflictos armados. Hoy en día las manifestaciones de la explotación infantil tienen un mismo sentido y es básicamente aprovecharse de la debilidad de los niños para que se lleve a cabo alguna actividad de tipo ilegal y como ha de ser lógico, el interés económico es la idea que fomenta a este fenómeno.