Hoy en día, en algunos países se relaciona un facilitador como profesor o docente, pero realmente es la androgogía (enseñanza-aprendizaje del adulto) que considera al andragogo como un facilitador, ya que éste es capaz de identificar las características individuales de cada estudiante adulto, que nivel de conocimiento previo posee, sus experiencias, etc., para así enfocar las acciones de forma que todos compartan el mismo nivel en la adquisición y comprensión de conocimientos.
En el ámbito empresarial o trabajo en equipo, el facilitador proporciona la implantación de las filosofías o técnicas a utilizar aprovechando las diferentes destrezas del personal que forma el equipo de trabajo. Él se encarga de planificar, programar, ejecutar y dirigir las reuniones, ser el vocero que aclare cualquier duda presentada, tomar nota de las contribuciones realizadas, así como motivar al grupo de trabajo y manejar los distintos problemas e inconvenientes que se presenten en los miembros del equipo.