La interpretación del falso testimonio puede variar en dependencia de las influencias que tengan las legislaciones. Las latinas, por su parte, se refiere al falso testimonio como la alteración de la verdad. En las legislaciones anglosajonas y germánicas, este caracteriza por ser aquél proceso en el que se incumple el juramento de decir la verdad, lo que se conoce como perjurio. Si la persona que es imputada con estos cargos, en especial cuando se trata de un caso en el que ocultan los verdaderos hechos, pueden también ser acusados de cómplices, por encubrir las andanzas del malhechor que inició el proceso.
En la religión, el falso testimonio es prohibido en uno de los 10 mandamientos impuestos por Dios. Este reza “no dirás falsos testimonios o mentiras”, lo que aplica para una variedad de situaciones en las que se puede ver inmersa una persona corriente.