Las dos invasiones que hizo Persia al territorio griego fueron muy intensas y que a pesar de que el imperio de los persas se encontraba en la plenitud de su fuerza, la defensa general armada por los griegos sobrepasó las escasas probabilidades de triunfo de los persas, por lo que pudo escapar de la amenaza.
Las causas que permitieron el desarrollo de este conflicto fueron:
- La codicia de los persas por dominar otros territorios.
- El deseo de los persas por dominar Grecia.
- El enfrentamiento entre los dos sistemas de gobierno: la democracia reinante en Grecia, contra la tiranía de los persas.
El pretexto perfecto que dio inicio a esta guerra fue el levantamiento que surgió en el Asia menor, de la colonia griega de Mileto en posesión de los persas, quienes apoyados por los atenienses, procedieron a destrozar con fuego la ciudad de Sardes y al mismo tiempo, invitaba a las otras colonias griegas que se encontraban asentadas en la zona a independizarse del yugo de los persas.
Esta lucha entre griegos y persas ocasionó muchas consecuencias en todos los ámbitos: Posterior a estas victorias, los griegos se sintieron fuertes en sus valores ciudadanos y educativos y sintieron nuevas expectativas en sus horizontes económicos y políticos y la armada griega adquirió gran relevancia. Esparta por su parte, se encontraba más pendiente de sus propios intereses y una vez que la amenaza persa disminuyó, no manifestó el apoyo ni el interés por la causa griega, algo que se esperaba de ellos.
Los cambios ideológicos también abarcaron el campo religioso. Deidades como Dionisio y Palas Ateneas incrementaron en importancia ya que a ellos se les atribuyó la ayuda recibida en las victorias sobre los persas.
A nivel cultural, el resurgimiento de la vida económica y política permitió el florecimiento de la cultura y las expresiones artísticas, abundantes en perfección en las proporciones de la arquitectura y la escultura.
