Este trastorno suele presentarse durante la etapa infantil, o al inicio de la pubertad. Tanto hombres como mujeres son propensos a padecerla. La hiperhidrosis puede durar toda la vida, si el paciente no busca tratamiento médico.
Este padecimiento puede originarse de dos maneras: hiperhidrosis orgánica y no orgánica.
La hiperhidrosis orgánica se encuentra dividida a su vez en: primaria y secundaria. La hiperhidrosis primaria se origina básicamente durante la niñez o pubertad. Se estima que la mayoría de las personas que la padecen, es por causas hereditarias. La secundaria, por su parte, puede surgir a cualquier edad y es provocada por alteraciones en las glándulas tiroideas, desórdenes hormonales, menopausia, diabetes.
La hiperhidrosis no orgánica se produce cuando la persona se enfrenta a situaciones que le generan ansiedad, nerviosismo o estrés.
Este padecimiento puede repercutir de manera negativa en la vida de quienes la sufren, ya que al no poder ejercer control sobre la sudoración exagerada, tienen que enfrentar situaciones incómodas en su vida social, que terminan llenándolos de vergüenzas e inseguridades.
Para diagnosticarla, no es necesario realizar ningunas pruebas o exámenes ya que sus síntomas se pueden percibir a simple vista, sin embargo, a fin de descartar cualquier falla en las glándulas tiroides, o en los niveles de glucosa, los médicos recomiendan unos análisis de sangre.
Algunos de los tratamientos utilizados para combatir esta afección son:
El uso de antitranspirantes de grado farmacéutico, estos están compuestos por cloruro de aluminio y solución alcohólica. Su finalidad es obstruir los conductos excretores de las glándulas sudoríparas.
Cirugía local; a través de una cirugía se elimina de forma definitiva a las glándulas sudoríparas de un área específica, a través de un curetaje subcutáneo. Otra manera de eliminar las glándulas es por medio de la aplicación de láser, este viene a ser uno de los tratamientos más novedosos en la actualidad, por lo que aún se desconocen los posibles riesgos que acarrearían para la salud.
Igualmente se recomiendan una serie de medidas que ayuden a prevenir el exceso de sudor: usar ropas frescas, preferiblemente de fibras sintéticas, mantener la casa ventilada, tratar de no consumir alimentos muy picantes, tomar bebidas alcohólicas o café. Utilizar talcos en los pies para controlar el sudor en ellos. Tratar de controlar los aspectos psicológicos como el estrés, nerviosismo, etc.