En este tipo de casos, la persona se siente tan herida por dentro que no se siente lo suficientemente fuerte como para ofrecerle su perdón. Una persona puede considerar que un acto muy serio que es contrario a sus valores éticos más importantes es imperdonable.
En el cristianismo, la palabra imperdonable es muy frecuente desde entonces; Algunos creyentes consideran o creen que hay un pecado imperdonable, esta palabra se refiere a la negación absoluta de un posible perdón ante una circunstancia o actos que pueden o crean una diferencia entre los individuos.
Para el cristianismo, el pecado es la separación del hombre de la voluntad de Dios, que aparece en los libros sagrados (la Biblia). Cuando las personas violan algunos de los mandamientos divinos, cometen un pecado. La forma de corregir este error es a través del perdón y el sacramento de la confesión.
Es posible distinguir entre diferentes tipos de pecado. El pecado original es el primero cometido por Adán y Eva, los padres de la humanidad, cuando desobedecieron el mandato de Dios y comieron el árbol prohibido, después de ser persuadidos por una serpiente, que simboliza el mal encarnado. La Iglesia Católica sostiene que todos los seres humanos nacen con el pecado original, una culpa que debe ser expiada por el bautismo.
El pecado mortal, por otro lado, es uno que se comete con pleno conocimiento de la violación del mandamiento de Dios en un asunto serio (como asesinato o secuestro), mientras que un pecado venial es menos grave (debilitando la relación con Dios, pero no romperlo).
Finalmente, es importante mencionar que los valores éticos son aquellas pautas para la acción correcta que marcan el estándar que ayuda a diferenciar entre lo correcto y lo incorrecto. Por esta razón, cuando una persona considera que otra persona ha actuado de manera deshonesta, puede considerar que su actitud es imperdonable e injusta.