El té resulta de mezclar hojas de arbustos o de plantas que han surgido de manera silvestre con agua hirviendo, mientras que el café es considerado una infusión porque es obtenido de calentar una semilla seca de la planta de café que ha sido preparada industrialmente teniendo una venta en polvo, la infusión de café está caracterizada por poseer en su interior una sustancia estimulante llamada cafeína.
El verbo infundir no solo puede estar vinculado a situaciones como la mencionada anteriormente también puede ser utilizada para referir emociones de los seres humanos, ejemplo: “Sus acciones me han infundido cariño a esa persona”; por otra parte esta palabra puede ser utilizada para referir la acción de verter un líquido a un recipiente, ejemplo: “A la mezcla se le infunde 3 ml de aceite”. En el aspecto religioso, para los católicos la palabra infusión se utiliza al momento en que se recibe la primera consagración de la vida que es el bautismo, ya que infusión significa la acción de aplicarle agua bendita a la persona que está siendo bautizada; para el ámbito hospitalario o medicinal, una infusión es la aplicación de un fármaco a un paciente utilizando la vía endovenosa, es decir, la aplicación de un fármaco directamente en el torrente sanguíneo, no solo la infusión en el ámbito de la medicina está relacionado con esa vía de administración, también se utiliza para describir la acción de consumir una medicina por vía oral.
Para algunos autores la infusión no es un sinónimo directo del té, ellos exponen ciertas diferencias que para su criterio permite catalogar estas palabras con significados distintos, y según estos la diferencia entre ambas consiste en que dichas bebidas contengan o no un componente químico llamado teina por lo tanto las infusiones son bebidas libres de teina, es decir, hechas a base de plantas que no poseen este compuesto específico, mientras que los te son bebidas que si poseen dicho compuesto como el té verde, te rojo, etc.