El nombre de YHVH se encuentra escrito en líneas latinas como “yahveh” “Yavé” que traducido significa “Él quien será, es y fue”. Los judíos sentían un inmenso respeto por el nombre de Dios, es por eso que ellos no lo pronunciaban, acatando lo escrito en el tercer mandamiento: “No usarás el nombre de Dios en vano”. Los judíos para referirse a Dios utilizaban otros nombres como Adonay que significa Señor nuestro; Emmanuel “ÉL Señor entre nosotros o “Elohim“ Dios de dioses.
Los expertos en la materia consideran que la pronunciación correcta es Yahvé y que el término Jehová se originó al introducir las vocales AOA de la palabra Adonay, en el nombre YHVH. Cada vez que en algunos textos aparecía el nombre de YHVH, inmediatamente se le agregaban las vocales de “Adonay”, de esta manera servía de recordatorio para las personas, de pronunciar el nombre Jehová en lugar del nombre sagrado.
En los textos sagrados se pueden encontrar otros nombres compuestos como por ejemplo Jehová Jireh que significa “el Señor mi proveedor”; Jehová Nissi “el señor es mi bandera” o Jehová Tsidkenu “Señor justiciero”, con todos estos compuestos se pone en evidencia las distintas cualidades del mismo Dios.
En resumen, la palabra de Jehová significa “El gran Yo soy”, englobando de esta manera los demás nombres de Dios. Dando muestra de que Él es el creador y Señor de todo lo existente y que sin Él no hay nada.