En la conquista americana los jesuitas llegaron al nuevo territorio en 1568 y se establecieron en gran parte de América. Sin embargo a pesar de su notable obra el Rey Carlos III los expulsó a través de la Sanción Pragmática el 27 de febrero de 1767. El apoyo incondicional de los jesuitas hacia el Papa y su creciente poder no sólo religioso sino también político originó la medida, De los similares, ya que los jesuitas fueron la causa de muchas persecuciones, siendo Portugal el primer país en expulsarlos en 1758.
El término jesuita ganó más tarde popularidad entre los católicos y perdió su sentido peyorativo. Actualmente es el orden religioso el que cuenta con miembros más masculinos, ya ella pertenece el actual Papa Francisco.
El propósito de crear el orden era formar un grupo de personas religiosas, sean o no sacerdotes que estén dispuestos a servir en misión donde ellos lo necesitan. La prioridad era difundir el catolicismo y la formación cultural, habiendo sido un gran baluarte de la Contrarreforma.
Las empresas jesuitas existen hasta nuestros días con gran presencia en espacios como América Latina, uno de los momentos más cruciales de su historia fue la expulsión de América que sufrieron en el siglo XVIII a manos de los reyes borbones de España y otras dinastías europeas. Los jesuitas representaban valores políticos y religiosos que no coincidían con los de los reyes (que querían limitar el poder papal y centralizar tanto el poder político como el religioso en su pueblo).
Además es importante resaltar que los jesuitas habían logrado una increíble obra de evangelización en América que iba más allá de las cuestiones religiosas, ya que habían dado a las comunidades indígenas diferentes elementos para su organización y subsistencia. Hoy en día, los jesuitas continúan existiendo y cuentan con numerosos seguidores en todo el mundo.