El origen de esta forma tan violenta de ejecución se remonta al antiguo testamento, en donde se encuentra escrito que el profeta Moisés había dichos que el Dios recomendaba la lapidación como forma para castigar a las personas que blasfemaban en su contra y para aquellas féminas que no llegaran vírgenes al matrimonio, mientras que en el nuevo testamento según él el evangelio del apóstol Juan se describe como Jesús salvó a una prostituta de ser asesinada por lapidación. En el Islam esta práctica fue introducida durante la época del Califa Omar, quien argumentó que en el Corán aún existía el versículo que describía a la lluvia de piedra como forma de castigar a los adúlteros, tal versículo no existe, por ello que esta forma de castigo tenga tan pocos seguidores.
En países de Asia, el Medio Oriente y África aún se practica la lapidación como castigo para aquellas personas adulteras, generalmente el acto es llevado a cabo en lugares público, la víctima es enterrada hasta el cuello o en su defecto es atada para inmovilizar, también se le tapa el rostro para de esa forma evitar observar los efectos causados por los lanzamientos de las piedras, que son dirigidas hacia el acusado por parte de una multitud que lo rodea.
Algunos de los casos más recientes de los cuales se tiene conocimientos son la lapidación de Aisha Ibrahim Duhulow una niña de 13 años de edad en Somalia, ella fue acusada de adulterio, sin embargo fuentes indican que la misma había denunciado que había sido un caso de violación, ésta fue lapidada por 50 hombres y luego de que su cuerpo fue desenterrado se comprobó que seguía aún con vida por lo que fue enterrada de nuevo para continuar con la ejecución. Otro caso ocurrió en Sudán en donde se acusó de adulterio a Intisar Sharif Abdallah de 20 años, el juicio fue llevado a cabo en el idioma árabe, lengua que no manejaba y se le negó el derecho a un abogado sin embargo con la ayuda de Amnistía Internacional la joven fue liberada.