Está divida en dos tipos, como lo son la narración literaria, que está encargada de contar una serie de sucesos a la cual se le incorporan ciertas reglas con la intención de hacerla más atractiva, es decir con una intención estética, por su parte la narración no literaria, está destinada a informar de un hecho, manteniendo formalidad, pero no se requiere agregar esteticismo.
Se caracteriza por narrar tres hechos, el principio, el desenlace y el final, en donde normalmente se forma la trama de la historia. Los elementos de la narración son: el narrador, las acciones, los personajes y el marco narrativo; por su parte, el personaje que relata la historia puede adaptarse de acuerdo a lo que desee el escritor, por lo que el narrador de la historia puede ser el protagonista (primera persona), el protagonista hablándose a sí mismo en tercera persona (segunda persona) o un relator omnisciente, que está presente en todos los sucesos y tiene conocimiento de los sentimientos de las figuras participantes, sin estar involucrado en la misma.
Las líneas de hechos durante la crónica también poseen una clasificación, en la cual se encuentran: acción lineal, en la cual lo hechos son contados de manera ordenada y lineal; evocación retrospectiva, en la que las vueltas al pasado son muy frecuentes; anticipaciones, en donde se muestran al lector lo que ocurrirá en un futuro; in mediae res, en donde se inicia la historia hacia la mitad, se regresa al pasado para detallar los sucesos ocurridos anteriormente y luego se sigue hasta el final; por último, el contrapunto, en el que se presentan distintos actos que, al parecer no tienen ninguna relación, por lo que el lector deberá trazar las conexiones.
Su estructura puede ser abierta o cerrada; en la primera se observa que el relato tiene un fin, pero en el segundo no, el lector lo puede imaginar. Los personaje pueden ser reales o ficticios, al igual que pueden ser clasificados como principales o secundarios; también pueden ser evaluados por su naturaleza psicológica, es decir, sus rasgos psíquicos, además de los físicos. En cuanto al marco narrativo, éste marca el tiempo y el espacio en el que se desarrolla la anécdota; el tiempo define el orden de los hechos, y se subdivide en interno, en el cual se percibe la rapidez o lentitud con la que se desarrollan los hechos, y el externo, en donde se expone el año o la época en que los incidentes ocurren; el espacio, en donde se desarrolla la acción.