Son muchos los elementos y las personas que dan forma a una ópera: tiene que haber un compositor (que crea la música), el libretista (a veces pude ser el mismo compositor), los intérpretes (cantantes protagonistas, cantantes acompañantes y la orquesta con su director), y los que trabajan en la escenografía y vestuario.
La ópera nació en los salones florentinos (Italia) a finales del siglo XVI. En realidad surgió por la necesidad de convertir en espectáculo el tipo de arte simplificado, ordenado y estrictamente definido que ofrecían las artes plásticas.
El primer gran compositor operístico fue Claudio Monteverdi, que sentó las bases de lo que serían las futuras grandes óperas (los recitativos y las arias). Esta actividad cultural tuvo destacados compositores como Alessandro Scarlatti, Jean Baptiste Lully, Wolfgang Mozart, Ludwig van Beethoven, Vincenzo Bellini, Richard Strauss, Claude Debussy y el gran Giuseppe Verdi, que, quizás, junto con Richard Wagner, ha sido el compositor operístico más prestigioso de la historia.