Así mismo, existe un fenómeno que colabora en el proceso de transmisión de ondas, para que lleguen del transmisor al receptor. Se caracteriza por extenderse a través de las distintas capas que protegen a la tierra y que forman parte de la atmósfera, como la ionosfera, litosfera, biosfera y troposfera. La ionósfera, por su parte, es una de las partes de la atmósfera más altas, además de que está formada, en su mayoría, de iones; que a su vez contribuyen a la propagación de ondas cuando hacen un efecto reflejo de ondas radioeléctricas, las que no superan una Frecuencia Máxima Utilizable.
De igual forma, la ionosfera consta de la capa D, E y F, transformándose, la última, en dos capas distintas en el transcurso de la noche. Lo más interesante de estas capas es que aparecen y desaparecen, rigiéndose por si es de noche o de día. Sin embargo, la más importante de ellas, es la capa E, convirtiéndose en la que refleja las ondas radioeléctricas.