En el mundo existe gran cantidad de materiales que en la actualidad y gracias a los avances tecnológicos, pueden ser reciclados, tal es el caso del papel, el vidrio, plástico, metales, entre otros. El reciclaje es considerado vital para la reducción de los desechos y es el tercer componente de la ley de las tres R, la cual es una especie de práctica que persigue la posibilidad de una sociedad autosustentable, los otros dos componentes de dicha ley son “reducir”, la cual se caracteriza por promover la disminución en la producción de productos que en un futuro puedan convertirse en residuos, además de incentivar la compra de productos sostenible. Por último se encuentra “reutilizar”, que consiste en volver a utilizar un determinado producto con el fin de aumentar su vida útil.
El reciclaje es un proceso que requiere de varias etapas, la primera consiste en la recuperación del material que se quiere reciclar, actualmente para facilitar esta parte del proceso se utilizan contenedores de colores (amarillo, verde, azul, gris y marrón) donde cada color representa el tipo de material que se pretende reciclar, luego estos materiales son transportados a las plantas de transferencia, aquí los desechos son mezclados para su posterior transporte en grandes cantidades a las planta clasificadoras, en dicha fase los desechos son separados, los que son útiles de los que no, luego son trasladados a vertederos. Finalmente los desechos ya clasificados son llevados a las plantas de valorización, aquí los residuos son reciclados y almacenados para su posterior uso o destinados a la producción de energía.
Los colores de los contenedores representan el tipo de desecho que se pueda depositar en cada uno de ellos. El color amarillo es utilizado para envases bien sea de plástico, latas o botellas. El de color azul se utiliza para los desechos de cartón y papel ya sean revistas, periódicos, cajas entre otros. El color verde es de uso exclusivo para depositar productos de vidrio. Mientras que el contenedor de color gris se depositan los desechos de origen orgánico.
La importancia de esta práctica radica principalmente en la disminución de la producción de desechos, lo que a su vez significa una disminución en el deterioro del medio ambiente.