El scoring se puede clasificar en varios tipos, como lo son el hipotecario, de empresas y de consumo, sin embargo todos ellos convergen en la realización de una evaluación de las posibilidades que tiene una operación financiera de un importe cualquiera, para un cliente, termine por ser problemático y termine por entrar en mora. Si la aplicación arroja como resultado una cifra menor a la estipulada por la entidad bancaria, dicha solicitud será aprobada.
Para poder llevar a cabo dicho análisis es necesario que el programa realice estudios a los ingresos con respecto a los pagos que se deben realizar, así como las tasas de deuda con relación al patrimonio o en su defecto a la antigüedad que indique el contrato de trabajo del solicitante, cada uno de dichos puntos será un punto a evaluar, de esa forma la propuesta será valorada y tomada en cuenta en función a la fórmula y el algoritmo que se haya utilizado para elaborar el scoring, además de las normas crediticias del banco.
El scoring tiene como principal ventaja el rápido estudio al solicitante, lo que facilita la aprobación o no del crédito, lo que incrementa en gran medida la eficiencia, ya que se hace más simple un procedimiento que antes podía tardar horas y hasta días, sin mencionar que las evaluaciones son realizadas de una forma parcial e igualitaria, evitando así las diferentes apreciaciones por parte del elemento humano, lo que le permite ahorrar a la entidad financiera grandes sumas en lo que es la evaluación de las propuestas.