Asimismo, es la sustancia que produce cambios en la pubertad como el desarrollo de las cuerdas vocales para producir sonidos más gruesos, la grasa en el cutis aumenta y el olor corporal se vuelve mucho más fuerte, siendo éstas y las demás características consideradas de carácter secundario. Si en las mujeres los niveles de testosterona aumentan, podrían desarrollarse particularidades anatómicas o físicas similares a las de los hombres, entre los que se encuentran: vello facial, acné, aumento de la libido, vello corporal, profundización de la voz, entre otros; si el hombre eyacula dentro de la mujer, aquello supondría una inyección de hormonas.
Influye de manera determinante en las emociones que un hombre puede presentar, pues, si un sujeto masculino se enamora de alguien del sexo opuesto, los niveles de testosterona bajaran y darán paso a un conjunto de reacciones químicas que darán como resultado la sensación de enamoramiento; el sentimiento paternal, se desarrolla de una manera similar a esta. También produce cambios en el cerebro, haciendo que este atraviese una especie de “masculinización”, que va ligado también a la conciencia de los cambios físicos.