El vacío, en algunos casos, puede ser una de las formas en las que una persona procesa la pena o tristeza. Por lo general, se presenta como conductas como la alienación social, la apatía, el aburrimiento, sensación de soledad y desesperanza, además de distimia y, en casos mucho más graves, depresión mayor. En un contexto cultural, esta emoción tiene una connotación distinta. En el mundo occidental, por su parte, el vacío es a menudo relacionado con la negatividad y diagnósticos psicológicos anímicos, como os y mencionados. En la oriental, sin embargo, esta se ve como un estado de realización, en especial en aquellas relacionadas con el budismo y demás religiones dhármicas.
El vacío existencial puede ser un síntoma de condiciones médicas de alarmante magnitud. Generalmente, se recomienda que las personas que presenten síntomas similares a los ya mencionados, que recurren a consulta con especialistas psicológicos, como psicoterapeutas, psicólogos y, de ser necesario, psiquiatras.