En psicología, una decisión es un proceso mental, en el que una persona o grupo de personas evalúan las condiciones, características de un acontecer, para finalmente decidir entre una serie de alternativas o por la opción que más favorezca a lo que se determine. Cuando una decisión es individual, la persona considera los elementos por sí sola, puede tomar una opinión de un tercero, pero esta no será una decisión definitiva a menos que corresponda con lo solicitado. Las decisiones en grupo por lo general se toman cuando satisfacen a todo el conjunto de seres pensantes a los que involucra o al menos a la mayoría, ejemplo de estas, las decisiones y sentencias que se toman en una asamblea de diputados o una reunión de ministros de un gobierno.
En el campo del derecho, en un juicio, luego de haber escuchado tanto a la defensa como a la parte acusadora, es el juez quien toma la decisión final sobre el caso. Este poder de decidir se lo otorga el cargo que la institución, en este caso el estado le otorga para impartir la justicia. La decisión de un juez puede ser liberadora o condenatoria. Cuando en materia jurídica se apela una decisión, quiere decir que se solicita que se someta a la decisión a una evaluación en la que se toman en cuenta nuevas consideraciones para que el juez establezca una nueva resolución del caso. En muchas formas de administración de justicia, solo se puede apelar una sola vez.