Qué es el diálogo
EL diálogo es la forma de comunicación entre dos o más personas por distintos medios de transmisión; por lo que se puede generar escrito u oral, en el que las partes involucradas expondrán su punto de vista sobre algún tema y se intercambiarán ideas.
Lo comprende un emisor y receptor, siendo el primero el que enviará un mensaje y el segundo quien lo reciba, alternando este papel entre ambos participantes, denominándose a cada intercambio “intervención” o “turno de palabra”.
Usualmente el diálogo es oral, complementado de lenguaje cinésico (gesticulaciones, posturas del cuerpo, movimientos corporales) y lenguaje paralingüístico (intensidad en el tono de voz, silencios). También existe el escrito, por ejemplo, el utilizado en la literatura y sus distintos géneros; aunque también gracias a las nuevas tecnologías, el diálogo escrito se genera por los nuevos medios de comunicación.
Otro significado de la palabra en estudio, es la discusión que se da sobre un asunto o un argumento con el propósito y deseo de llegar a un absoluto acuerdo o a una determinada solución. Su etimología proviene del latín “dialogus”, que a su vez proviene del griego “dialogos”, cuyo significado es “conversación entre dos o varios”, y su derivación viene de “dialégesphai” que significa “discutir” o “conversar”.
Según la literatura
En el ámbito literario se utiliza para describir una obra literaria, ya sea en prosa o en verso, y se forma una plática o debate donde surgen diferentes controversias entre sus personajes. Es muy popular en el género literario, ya que el diálogo ha estado presente en el mismo desde tiempos remotos, con registros antiguos legados al mundo por los antiguos sumerios.
El diálogo es en sí considerado como un género literario, cuyo origen proviene de la antigua Grecia, con los Diálogos de Platón, siguiendo a la antigua Roma y a otras culturas de la historia. En la literatura existen tres tipos de diálogo, que son el platónico (cuyo objetivo es hallar la verdad), el ciceroniano (se dirige hacia lo político y retórico) y el lucianesco (humorístico y satírico).
Según la RAE
De acuerdo a la Real Academia de la Lengua Española, es una plática o conversación sostenida entre dos o más personas, que de forma alterna intercambiarán ideas o puntos de vista.
También hace referencia hacia el género u obra literaria realizada en prosa o verso, en la que se simula una conversación o discusión entre dos o más interlocutores. En una tercera acepción, la RAE distingue este concepto como una discusión o búsqueda de un acuerdo por parte de los participantes.
Tipos de diálogo
De acuerdo al contexto, existen varios tipos de diálogo, entre los que pueden distinguirse:
Diálogo espontáneo y organizado
Es una conversación entre amigos, familiares, compañeros o conocidos, sobre cualquier tema y se puede generar en cualquier situación, pudiendo tratarse de diálogos cortos o conversaciones más extensas. Predomina el lenguaje coloquial, tratándose de una plática natural sin preparación, donde se evidencian expresiones locales y el uso de gestos corporales. En este caso, el diálogo sinónimo es la conversación, y en la misma predominan las interrupciones, los cambios de tema y las frases inconclusas.
Por otro lado, el diálogo formal u organizado se caracteriza por tener una estructura en la que sus interlocutores deben guiarse por una planificación, y cada argumento se sustenta en bases creíbles y comprobables. No es necesaria la existencia de una vinculación estrecha entre los participantes; además, el tema sobre el que se va a dialogar se conoce con antelación; las participaciones son ordenadas; existe un tratamiento especial en la exposición de argumentos; el lenguaje utilizado es preciso, elaborado y con normas de cortesía; y se busca llegar a una conclusión o solución. Son diálogos formales las entrevistas y los debates.
Diálogo teatral
Es la expresión por la que los personajes de una obra manifiestan sus emociones y todo lo que ocurre sin necesidad de un narrador. Las palabras que los actores deben expresar sobre las tablas, están contenidas previamente por escrito en un guión de diálogo, el cual debieron memorizar.
Dicho guión debe señalar los nombres de los personajes en mayúscula, su diálogo y alguna acción que deba desempeñar al momento de decir sus líneas. También ha sido empleado para otros textos de carácter narrativo, aunque se utilizan las iniciales del interlocutor en lugar de su nombre completo, por ejemplo, en las entrevistas.
Existen dos tipos de discursos:
1. Dramático: son las palabras que dirán los personajes en forma de:
- Monólogo (habla consigo mismo para expresar en voz alta sus pensamientos)
- En forma de aparte (comentario dirigido al público y, aun estando otros personajes en escena, éstos no escucharán dicho comentario).
- Diálogo (interacción entre dos o más personajes).
- Coros (recurso musical).
2. La acotación: es la acción realizada mientras dice su diálogo. En las pastorelas mexicanas, también se utiliza esta forma de diálogo.
Diálogo literario
En este tipo, el narrador expresa mediante el diálogo, parte de la historia que está contando, recreando una parte del relato en la que se hace necesaria la intervención directa de los personajes, bien sea mediante un diálogo formal o coloquial. Es una representación del discurso real de los personajes, en el que intervienen convenciones lingüísticas en la acción hablada.
En la literatura, antes del este, habrá una pequeña antesala al mismo, ubicando al lector en contexto. Luego, el mismo debe cerrarse, por lo que el autor recurre a algún recurso para concluirlo. En el diálogo en inglés o literatura anglosajona, los diálogos irán cada uno en un párrafo separado, con letras cursivas y entre comillas angulares.
Diálogo en los relatos
En el relato, el narrador describe las acciones de los personajes, pero también se complementa con los diálogos que los mismos llevan a cabo, bien sea “en voz alta” o pensamientos. Este puede ser directo, indirecto y resumido.
1. Diálogo directo: consiste en la inserción de los diálogos de los personajes tal cual suceden dentro de la historia, siendo este el momento en el que el narrador deja de interactuar de forma directa con el lector y los interlocutores son los que lo hacen. Se cita con comillas y rayas, precedido o sucedido por un verbo “dicendi” (utilizados para referirse a los parlamentos de los personajes, por ejemplo “susurró”, “masculló”, “dijo”), aunque se puede prescindir de ello cuando está claro de quién provienen las palabras.
Le otorgan mayor dramatismo al relato, naturalidad y expresividad. Este tipo es propio de la plática informal, en el que se puede emular el modo de hablar propio del personaje. No es exactamente la reproducción literal de lo que el personaje dice; es más acertado decir que es la reconstrucción del diálogo, tratando de aproximarse lo más posible al discurso.
2. Diálogo indirecto: Presenta un estilo que se caracteriza por integrar al relato algo que diga el personaje, desde el punto de vista del narrador, sin reproducir sus palabras exactas, plasmándolas en tercera persona. En este caso, además del verbo “dicendi”, se utiliza el verbo “que”; por ejemplo, “Laura dijo que…”.
En este tipo de diálogo, el narrador comenta las actitudes y tono en los que el personaje manifiesta lo que quiere decir; por ejemplo, si expresó algo de manera sarcástica, enojada, feliz o dubitativa, omitiendo los signos de puntuación tales como el de interrogación o exclamación. Además, el narrador solamente reproducirá parte del relato que considere pertinente y que aporte algo al relato.
3. Diálogo resumido: se trata de aquél en el que se realiza un resumen de lo que los personajes están hablando, sin tomar en cuenta las palabras literales que utilizan los mismos. Se utiliza este recurso para avanzar rápidamente a otra escena con mayor impacto o importancia.
Diálogo interreligioso
Se entiende por este tipo al intercambio cooperativo entre miembros de diferentes corrientes espirituales, bien sea a nombre de una institución a quien representen (como un diálogo pastoral) o en representación individual. El diálogo interreligioso no pretende cambiar las ideas de las personas sobre sus religiones o creencias, sino encontrar puntos en común entre las religiones, enfocandose en las comunidades y, a través del énfasis en la armonía y la paz, tratar de encontrar soluciones a muchos de los problemas comunes de la sociedad.
Sin embargo, existe otra acepción para el diálogo interreligioso que establece que no solamente se limita al coloquio de una religión con otra, sino de una religión con alguna tradición humanista no religiosa. Por ello, puede decirse que busca la convivencia del ser humano en otras áreas, como un medio poderoso para lograr la paz y la reconciliación y no se limita a conversaciones sino a acciones en ámbitos sociales, políticos y económicos a favor de los más desposeídos.
Autodiálogo
Es importante señalar que la comunicación no se refiere sólo la interacción que dos personas puedan sostener, sino que las palabras también forman parte de nuestro propio diálogo. Por lo tanto, este tipo de diálogo es interno, en el que una persona se habla a sí misma, siendo la clave para controlar el pensamiento y las acciones de una persona, que siguen esta especie de discurso mental.
Desde muy temprana edad, el hombre exterioriza sus reflexiones y actos a través del lenguaje oral, y a medida que va madurando, logra adquirir la habilidad de interiorizar esa voz y abstraerse, generando el pensamiento verbal, la conversación consigo mismo.
Su importancia radica en la autocrítica, autodiscusión y el autoanálisis, donde la persona es capaz de reflejar su realidad, reflexionar sobre lo que le rodea y se confronta a sí mismo frente a diferentes puntos de vista ante un mismo tema, por ejemplo, una duda emocional en la que a menudo se ve sometida.
Importancia del diálogo
Es la forma de comunicación por excelencia, a través de la cual pueden ser expuestos distintos puntos de vista, emociones, ideas, pensamientos. Si bien, no es la única forma de comunicación que existe, sí es la más compleja y evolucionada que tiene el ser humano.
A través del mismo, se pueden establecer relaciones de respeto y tolerancia entre personas de distintas creencias, ideas, valores, nacionalidades, entre otros aspectos, siendo el diálogo la acción de manifestar pensamientos y reflexiones, y a su vez, escuchar los de su interlocutor, de ahí el valor del diálogo. De acuerdo al mensaje transmitido en el mismo, pueden llegarse a acuerdos o a contiendas.
Ejemplos de diálogos
A continuación, se colocarán tres ejemplos de diálogos.
1. Literario
- Los muertos somos nosotros –dijo Winston.
- Todavía no hemos muerto –replicó Julia prosaicamente.
- Físicamente, todavía no. Pero es cuestión de seis meses, un año o quizá cinco. Le temo a la muerte. Tú eres joven y por eso mismo quizá le temas a la muerte más que yo. Naturalmente, haremos todo lo posible por evitarla lo más que podamos. Pero la diferencia es insignificante. Mientras los seres humanos sigan siendo humanos, la muerte y la vida vienen a ser lo mismo.
Extracto del libro “1984” de George Orwell.
2. Espontáneo
- Francisco: Buenas tardes, señora Lupe. ¿Cómo me le va hoy?.
- Lupe: Qué te cuento, mijo, me está matando este resfriado, necesito tomarme algo.
- Francisco: Tómese este remedio de hierbitas, le va a sentar mejor.
- Lupe: Gracias, mijo, Dios te lo pague.
3. Literario para televisión
- Chilindrina: ¡Vieja grosera!
- Quico: ¿Oíste eso, mami? ¡Te dijo vieja y grosera! (Doña Florinda hace un gesto de desinterés) ¡Pero es que grosera no eres!
- Doña Florinda: ¡Tesoro!
- Chilindrina: ¡Sí es grosera! Porque le dijo burro a mi papá.
- Chavo: Pos no le hagas caso porque tu papá no es ningún burro.
- Don Ramón: Gracias, Chavo.
- Chavo: Es más, ni siquiera se parece mucho, mucho, mucho, mucho a los burros… No más tantito en el hocico…