Qué es la doctrina Monroe
Monroe Doctrine, por su nombre en inglés, es una parte clave de la política exterior de los Estados Unidos. Establecía que América no estaba abierta a la colonización y declaró que Estados Unidos no permitiría que los países europeos interfirieran con los gobiernos independientes del continente americano.
Historia de la doctrina Monroe
James Monroe ejerció en la política de los Estados Unidos como el quinto presidente en el período comprendido entre los años 1817-1825. Es recordado por ser quien emitió una importante contribución a la política exterior de Estados Unidos por medio de la Doctrina Monroe.
La doctrina fue el resultado de la preocupación en Gran Bretaña y Estados Unidos de cualquier intento por parte de otras potencias por restaurar las antiguas colonias existentes en América Latina. Estados Unidos además se mostraba preocupado ante el deseo expansionista de Rusia en territorios de América del Norte.
Como consecuencia, George Canning, el ministro de Relaciones Exteriores británico sugirió una declaración conjunta que prohibiera la futura colonización en América Latina.
Monroe inicialmente se mostró favorable a la idea, y los ex presidentes Thomas Jefferson y James Madison estuvieron de acuerdo. Pero el secretario de Estado, John Quincy Adams, argumentó que Estados Unidos debía emitir una declaración de política exclusivamente estadounidense, dando a lugar la declaración de la Doctrina Monroe.
Postulados de la doctrina Monroe
La Doctrina Monroe, en resumen, expresaba el principio de la división del mundo en sistemas europeo y americano. Además, enuncia la idea de una política estadounidense de no intervención en los asuntos internos de los países europeos.
También promovía la no intervención europea en los asuntos internos de los países de América del Norte y del Sur. El decreto manifiesta: “los continentes americanos, por la condición libre e independiente que han asumido y mantienen, no deben ser considerados en lo sucesivo como sujetos de futura colonización por ninguna potencia europea”.
Este enunciado fue el origen de la famosa frase con la que se asocia a la doctrina Monroe: “América para los americanos”.
Tal como se articuló en 1823, los objetivos de la Doctrina Monroe se basan en cuatro principios básicos que definirían la política exterior de los Estados Unidos durante décadas. Entre ellos destacan:
- Los asuntos europeos no serían de incumbencia de los Estados Unidos.
- Las colonias europeas que aún formaban parte del hemisferio occidental no se verían amenazadas por los Estados Unidos.
- El hemisferio occidental no vería el nacimiento de una nueva colonia.
- Si una nación europea intentara controlar o interferir con una nación en el hemisferio occidental, Estados Unidos lo vería como un acto hostil contra esta nación.
Consecuencias de la doctrina Monroe
Se han hecho muchas investigaciones y análisis disponibles en pdf de la Doctrina Monroe, concluyendo la mayoría, la importancia de la política al evitar cualquier tipo de interferencia europea de gran envergadura hasta 1861.
En ese año, el líder de Francia trató de establecer una monarquía en México. Estados Unidos protestó ante Francia de inmediato. Cuando terminó la Guerra Civil en 1865, Estados Unidos envió tropas a la frontera con México e insistió en la remoción del ejército francés. Los franceses se fueron en 1867.
La Doctrina Monroe se ha ampliado a lo largo de los años. En 1904, el presidente Theodore Roosevelt añadió el Corolario de Roosevelt. La adición establecía que Estados Unidos podría involucrarse en los asuntos internos de un país latinoamericano en casos de irregularidades claras y prolongadas por parte de ese país latinoamericano.
Esto se revirtió en la década de 1930 cuando el presidente Franklin Roosevelt instituyó la Política del Buen Vecino. Según esa política, Estados Unidos renunció a su derecho a intervenir en los asuntos internos de otros países. Más tarde, otros países de las Américas acordaron trabajar juntos para ayudar a evitar que otras potencias interfirieran en el área. Varios países firmaron un acuerdo en 1947.
Este acuerdo establece que cualquier ataque armado proveniente de cualquier estado en contra un estado americano se consideraría un ataque contra todos los estados que forman parte del continente americano.