Cada uno de las gens, eran una entidad económica, política y religiosa; además poseían un territorio propio, compuesto por cada una de las moradas o casas de los miembros y las propiedades que cultivaban y donde mantenían sus ganados. Eran comunidades que adoraban sus propios dioses, por medio de diferentes tipos de cultos y ritos funerarios corrientes.
Diferenciándose las gens griegas de las romanas, dado que las ultimas procedían por parte masculina del ancestro referido en el nomen, no se le adoraba, recordaba ni honraba a este. Además los integrantes de estas organizaciones eran los gentiles y todos ellos poseían el mismo nombre, que era el nomen gentilicium, de esta forma indicaría la presencia de un ancestro común.
Y fue el jurista, filósofo, político, orador, y escritor romano, Marco Tulio Cicerón quien manifestó las principales características de las gens, que era tres: primero, ninguno de sus antepasados, antecesores fue un esclavo; segundo, cada uno de sus miembros eran ingenuos, es decir que siempre habían sido personas libres; y tercero, que no padecieron ninguna «capitis deminutio«, o sea que nunca perdieron la libertad, ciudadanía ni dejaron de ser parte de su familia.