Tanto la familia como la escuela representan la parte más importante dentro del proceso de socialización, ya que es la primera etapa social al que la persona tiene acceso. La importancia de la socialización reside en que a través de ella, el individuo se convierte en integrante de la sociedad, por otro lado, la sociedad necesita de las personas, para que éstas puedan transmitir y mantener la cultura, costumbres y valores a lo largo del tiempo.
La socialización comprende dos etapas: la etapa primaria, secundaria y terciaria.
La socialización primaria: es aquella donde la persona adopta las primeras aptitudes intelectuales y sociales. Esta etapa comprende los primeros años de vida, es decir, su niñez y su infancia al vincularse con su entorno familiar. Esta etapa es vital para el buen desarrollo personal y mental, así como el buen desenvolvimiento de su vida social, lo cual le permitirá fijar su identidad.
La socialización secundaria: es aquella que tiene por objetivo brindarle a la persona una forma diferente de percibir la realidad, ya no es la visión de papá y mamá, o de sus demás familiares, sino que son, las de otros agentes socializadores quienes se encargaran de ampliar los conocimientos; son las relaciones con personas externas al círculo familiar. Esta etapa comienza finalizada la fase infantil de la persona. Algunos de los agentes socializadores de este ciclo son los profesores, amigos, etc.
En la actualidad, se encuentra en debate la creación de una tercera etapa de socialización, la cual sería denominada etapa terciaria o procedimiento resocializador. Este proceso tendría como función la reinserción social, aplicable en casos de personas que se han desviado de las normas y han adoptado conductas delictivas. La finalidad de la etapa terciaria, sería readaptar el comportamiento de este sujeto transgresor de la ley. Los agentes socializadores, que en este caso tendrían la responsabilidad de ayudar en estos casos, serían: psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales, educadores, etc.