Theodor Otto Diener es el experto en plantas que descubrió el primer viroide al analizar el causante de la afección del tubérculo fusiforme de la papa o patata, que en un principio se pensó que era por culpa de un virus, pero que en realidad se trataba de un viroide.
En cuanto a sus características, los viroides cuentan con poca complejidad estructural y genética, más bien se les considera como una forma extremadamente intensa de parasitismo. Se encuentra conformado únicamente por partículas de ARN de cadena simple, de poca longitud. Pueden presentarse en forma de círculos o de varillas. No tienen ningún tipo de actividad ARN y para poder replicarse, necesitan de las células que contamina. Dad su ubicación se cree que originan la enfermedad obstaculizando la regulación génica de la célula anfitriona en la fase de modificación del ARN mensajero.
Actualmente se tiene conocimiento de que al menos 300 especies de viroides pueden llegar a infectar sólo a las plantas superiores, ya sean de tipo leñoso o herbáceo. La variedad de hospedadores de los viroides es muy extensa. Las enfermedades más comunes generadas por los viroides son: la piel de manzana afectada por magulladuras, el atrofiamiento del tomate, la afección del tubérculo filiforme de la papa o patata, la enfermedad del aguacate tostado, etc.
Al contrario de los virus vegetales, los viroides pueden replicarse, acumularse y mostrar sus síntomas con mayor efectividad estando en altas temperaturas y a una magnitud de luz igualmente elevada.