Se llamaba Contrarreforma porque era la manera en que la Iglesia Católica reaccionó al progreso de la Reforma Protestante que Martín Lutero había iniciado durante el siglo XV, produciendo la ruptura entre el monje alemán y el catolicismo en 1517, cuando Lutero formuló una serie de denuncias contra los miembros de la iglesia como la venta de indulgencias como requisito para obtener el perdón de los pecados, estaba en contra de una gran parte de los sacramentos (sólo admitía el Bautismo y la Eucaristía) e ignoraba la autoridad del Papa, alabando la salvación de las almas en virtud de la fe y no de las acciones.
La Iglesia Católica se vio obligada a reconstruirse doctrinal y espiritualmente contra las nuevas corrientes cristianas. En este sentido, la Contrarreforma es una reacción contra la Reforma Protestante.
Los católicos no aceptaron las doctrinas protestantes de Lutero, la libre interpretación de los Evangelios, el rechazo del culto a la Virgen María o los santos, la oposición a la ostentación en las iglesias y la no aceptación del purgatorio.
Entre 1545 y 1563 el Concilio de Trento fue convocado, sus propuestas fueron las siguiente:
- Las escrituras sagradas debían interpretarse de acuerdo con la tradición de la iglesia y no libremente según lo propuesto por los protestantes.
- Se fijaron los dogmas (especialmente el dogma de la trinidad y la libre voluntad de los seres humanos para elegir entre el bien y el mal).
- Para alcanzar la salvación es necesaria la fe y llevar una vida cristiana basada en buenas obras
- Los religiosos tenían que vivir en comunidad y no podían acumular bienes.
- Hubo una reforma de las órdenes religiosas.
Además de las nuevas propuestas del Consejo, la Iglesia Católica promovió la formación de nuevos órdenes. En este sentido, se fundó la Orden de los Capuchinos y la Compañía de Jesús, entre otros. Los jesuitas fueron el brazo ideológico y espiritual para oponerse al protestantismo (fundaron misiones en todo el mundo y difundieron la fe católica).
