Se dice que llegó a Europa en el siglo XI, mediante el comercio con países orientales, en donde eran bastante comunes; aun así, el desarrollo de ésta época no estaba sincronizado alrededor del continente, por lo que se divide en la Edad del Hierro Temprana y la Edad del Hierro Tardía. Se estima que finalizó con la llegada del Imperio Romano, aunque algunos historiadores aseguran que surgió una Edad del Hierro Romano. En este continente las herramientas de hierro eran obtenidas a través del martilleo, un sistema de trabajo que fue reemplazado con la llegada de los conocimientos en metalurgia.
En Asia se han encontrado restos de objetos manufacturados con hierro, que al parecer provienen del siglo VI a.C. Se introdujeron en la Península coreana, a través del mar amarillo, debido al comercio constante entre las sociedades y clanes; los instrumentos de este material ya eran utilizados por granjeros y el apogeo de la producción del hierro se dio en el siglo II a.C. El subcontinente Indio estaba mucho más adelantado tecnológicamente con respecto a otros territorios, pues, ya se forjaban armas con el método de la fundición en el siglo XIII a.C, un hecho que sugiere ya practicaban esto con anterioridad. La África subsahariana, a pesar de estar algo estancada en materia de avances, albergaba a un grupo muy rico, que se hacían llamar los Bantúes, que se encargaba de producir armas y herramientas para su distribución.