El fascismo es un nombre genérico en el que se engloba también el nacionalsocialismo alemán y otras doctrinas afines como el nacionalsindicalismo español, el hojinismo japonés, etc. Esta ideología disfrutó de un mayor éxito en el periodo de entreguerras en los países del Este y del Sur de Europa, muchos piensan que este fenómeno fue propio de Italia y de Alemania; sin embargo, todas las principales naciones europeas, incluyendo a Gran Bretaña y Francia, produjeron movimientos fascistas internos de diversos tipos durante la década de los 30.La doctrina fascista además de ser antiliberal y antidemocrática, también fue segregacionista (se planteó la existencia de una raza superior), y antimarxista. Dicha doctrina subordinó los derechos de la persona a las necesidades del Estado, lo hizo con la voluntad del pueblo y no con la implantación violenta, pero en años posteriores si fue necesaria con personas opositoras.
La estructura de Estado fascista consta en un partido único con estructura militar, que monopoliza toda la actividad cívico-democrática. En la cima del partido y del Estado se hallaba el jefe (El Duce en Italia y Führer en Alemania), el nacimiento de otro tipo de partido era casi imposible debido a la fuerte represión y una propaganda sistemática del facismo. Esta doctrina ideológica es rechazada por la gente después de la culminación de la II Guerra Mundial. No obstante, durante las décadas de los 80 y 90 el fascismo reapareció en algunos estados democráticos occidentales, originándose así el neofascismo, basado en cualidades racistas y xenofóbicas.