La vida privada de los ciudadanos se les respetaba y la cual podían ejercer con total libertad. Podían conducirse públicamente, claro está, siempre respetando las leyes y las autoridades. Enalteció su propio sistema militar y la relación de Atenas con los foráneos era de total hospitalidad. Siempre mostró un especial gusto por la belleza sin descuidar las cosas simples de la vida.
Durante su gobierno, a los magistrados se les proporcionó un salario, para que de esta manera, todos los ciudadanos (incluyendo a los pobres) pudieran desempeñarse en la política. En su mandato prevalecía la división de clases sociales.
Durante esta época, la ciudad de Atenas se transformó en el epicentro de los estudios filosóficos, cosa que era del agrado de Pericles ya que él también lo practicaba. Se restauraron los templos de acrópolis. El teatro también floreció bajo el gobierno de Pericles.
En cuanto a su política exterior, el gobierno de Atenas también fue líder de “la liga délica”, la cual fue creada para defenderse ante las constantes amenazas de los persas y también para poder recobrar las ciudades e islas asiáticas, que fueron conquistadas por el ejército del gran rey. Pericles participó en toda la política interna de estos territorios. Sin embargo, en ellos no se estableció la democracia como sucedía con Atenas.
Pericles siempre será recordado porque fue el que condujo a Atenas al prestigio y al renombre tanto en el contexto educativo, como militar.